Elegancia envolvente, detalles artesanales y una visión audaz del glamour: estos tres vestidos de invitada Iann Dey te invitan a deslumbrar con cada movimiento, sin esfuerzo.
Invitada sí… pero con toda la actitud del high fashion
Cuando hablamos de asistir a una boda, el look no es solo un outfit: es una extensión de tu esencia. Iann Dey, la firma mexicana que redefine la alta costura con un sello propio y sofisticado, presenta tres piezas únicas para invitadas que buscan dejar huella.
Estas propuestas —pertenecientes a las colecciones Quetzal, Ninfa y Minera— celebran la silueta femenina con texturas inesperadas, detalles que enamoran y un enfoque artístico que las convierte en verdaderas obras de moda.
Prepárate para conocer tres vestidos de invitada de Iann Dey que merecen su propio spotlight.
Movimiento etéreo y estructura audaz
Una pieza que forma parte de la colección Quetzal y que convierte al tul en protagonista absoluto. Con talle descaderado y una falda de multiniveles en tul tableado y plisado, este diseño equilibra volumen y ligereza con una maestría envidiable.
Ideal para una invitada que desea sofisticación con un twist moderno perfecto para bodas de noche o escenarios naturales donde cada paso flote como si fuese coreografiado.
Brillos, volumen y un toque de cuento de hadas
LDesde la colección Ninfa llega esta fantasía bordada en tul, intervenido con piedras, chaquira y lentejuelas que aportan un brillo casi etéreo. Las maxi mangas con volantes en tul tableado suman teatralidad y un aire de romanticismo elevado.
Diseñado para la invitada que abraza su lado más femenino y sueña con un look lleno de magia, presencia y detalles con alma couture.
Geometría que deslumbra con cada cristal
Parte de la colección Minera, este vestido en chiffon bordado con cristal facetado sigue patrones geométricos que estilizan la figura y atrapan la luz de manera hipnótica. Una silueta limpia, pero con carácter, pensada para brillar con elegancia sobria.
Ideal para bodas de noche en espacios cerrados, donde cada destello de cristal se convierte en una declaración de estilo.
Ser invitada ya no es sinónimo de ir “correcta”; ahora es el momento de ir espectacular. Estas tres piezas de Iann Dey son prueba de que el dress code puede y debe tener alma, carácter y estilo.
Porque los vestidos no solo acompañan un evento, lo transforman.


