Porque el verdadero viaje del amor no tiene destino final, solo paisajes más hermosos a medida que avanzamos.
Dos almas aventureras, Gus y Cyn de Nomadarte, comenzaron su historia como amigos en 2002. El destino conspiró a su favor cuando, ocho años después, ambos trabajaron juntos como barman y mesera. Lo que empezó como una sincera amistad floreció en amor, llevándolos a un viaje a Cuba que marcó el inicio de su sueño compartido de explorar el mundo.
Se aventuraron en una odisea singular, recorriendo el mundo a bordo de un vochito que los llevó desde México hasta Argentina. Cada kilómetro recorrido se convirtió en un desafío, principalmente económico, pero en lugar de debilitar su vínculo, cada obstáculo actuó como un eslabón que fortaleció su unión. Luego de finalizar su viaje por Sudamérica, se aventuraron hacia Alaska en una combi. Este nuevo trayecto resultó desafiante, especialmente tras la pérdida del padre de Gus durante el viaje, marcando un capítulo particularmente difícil. Enfrentando el frío y la tristeza, juntos superaron las adversidades que la vida les presentó.
Con la llegada de la pandemia, el destino los llevó de vuelta a su ciudad natal, San Luis Potosí, donde transformaron su vida nómada en una productora audiovisual. Aunque los viajes se convirtieron en “vacaciones”, la pasión por la aventura no se apagó, y en 2022 decidieron explorar Islandia. Lo que Cynthia no sabía era que este viaje guardaba una sorpresa especial. En medio de la magia de las auroras boreales, Gus le pidió matrimonio. Con el cielo pintado de verde, la respuesta fue un sí lleno de emoción, reviviendo la misma sorpresa que marcó el inicio de su relación.
La boda se convirtió en un desafío creativo para Cynthia, una novia ansiosa con una visión clara. Con la ayuda de Camila Melo, su wedding planner, lograron una celebración bohemia y no convencional. El vestido de novia, elegido por su belleza y conexión personal, fue el toque perfecto. La ceremonia civil fue el corazón emotivo de la boda, donde los votos matrimoniales conmovieron a familiares y amigos al ver el gran amor que existe entre ellos. Más de 500 personas, amigos de todas partes del mundo, se unieron a ellos en este día épico. La celebración del amor resonó como un grito de felicidad que trascendió fronteras.
La historia de Gus y Cyn, desde su encuentro en el vochito hasta la propuesta bajo las auroras boreales, culminó en una boda que no solo unió a dos personas, sino a una comunidad global que celebró el amor y la aventura de Nomadarte.